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Niles Atallah: «Las películas son procesos vivos»

El cineasta comparte sus intenciones en torno a esta obra, con la que busca “alzar mi voz frente un mundo tan grotesco”.

18 de septiembre de 2025
Por Luis Miguel Cruz
Niles Atallah: «Las películas son procesos vivos»
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Niles Atallah ha sabido moverse con fluidez entre lo experimental, la instalación, el videoarte y la animación, lo que ha resultado en una obra tan hipnótica como inclasificable. Una trayectoria cuyas ambiciones van más allá de lo audiovisual y que se apoyan en una fortísima carga sensorial para dar una filmografía que se huele, se palpa y se intuye. Esta tendencia alcanza uno de sus puntos más altos con Merrimundi.

Más que una historia, el chileno invoca una experiencia en que transita entre lo tangible y lo onírico, y en donde la animación funciona como un puente entre la imaginación y la memoria. Todo esto, construido a partir de una estética netamente artesanal donde cada plano nos traslada a un espacio construido sobre los pilares de una fusión imposible que el autor describe como “humana, hermosa y profundamente errada”.

Radix ha conversado con Niles Atallah, director de Merrimundi, tras el estreno mundial del cortometraje en el Festival Internacional de Cine de Venecia. El artista nos comparte sus intenciones en torno a esta obra, con la que busca “alzar mi voz frente un mundo tan grotesco”.

 

¿Cómo nace la idea de Merrimundi?

Nació muy naturalmente, desde una práctica cotidiana de trabajo en mi taller, desde el juego, desde muchas pruebas, desde la manipulación y tacto con los materiales y más que nada desde la sensación de desesperación por la situación del mundo, todo el horror y violencia. Sentí una profunda necesidad de responder a este horror y de alzar mi voz frente un mundo tan grotesco. Sentí la necesidad de hacer algo bello, pero contextualizado en el horror.

 

El corto parece tener una relación ambigua con la tecnología. ¿Qué lugar ocupa lo sintético en tu obra, en una época regida por miedos a innovaciones como la inteligencia artificial?

No marco una diferencia en la película entre lo que es tecnología y humano, ni lo artificial y lo natural. Creo que esto es importante.

 

El valle inquietante cobra fuerza en el corto a través del uso de muñecas: figuras casi humanas, pero claramente artificiales. ¿Qué te llevó a elegirlas?

No fue algo muy consciente. Me guie por la intuición y la sensación que estas figuras me producían. Algo entre la ternura, la felicidad, la risa y miedo.

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También presenta múltiples contrastes entre lo nuevo y lo obsoleto, lo análogo y lo digital, lo tecnológico y lo biológico. ¿Qué te interesa explorar en esa tensión?

Creo que la tecnología es una expresión de nuestra biología y nuestras culturas y no algo distinta. Creo que es profundamente humana, hermosa y profundamente errada.

 

En tiempos donde los algoritmos moldean nuestro gusto y consumo cultural, tú propones una obra que desafía toda lógica narrativa convencional. ¿Qué importancia tiene para ti defender la libertad artística en este contexto?

Es lo más fundamental. Sin esta libertad no estamos haciendo nada más que replicar el imaginario de estructuras de poder previamente instaladas. Creo que necesitamos el arte para justamente desafiar a estas estructuras y empujar las fronteras de nuestros imaginarios. No podemos hacer esto sin libertad.

 

El uso del caos, la estética glitch y lo fragmentario está muy presente en el corto. ¿Fue una decisión estética desde el inicio o surgió como consecuencia de trabajar con ciertos medios o tecnologías?

Todo surge desde el proceso mismo de trabajo y experimentación y sigo este pulso hacia el final del trabajo, confiando y dejando que la película ejerce su propia voluntad. Creo que las películas no son cosas pero procesos vivos y hay que respetar cada proceso y ser receptivo a ello, si no, la película se mata, se sofoca bajo la propia idiotez y ego de los que lo hagan.

 

El corto celebra su estreno mundial en Venecia. ¿Qué sientes al formar parte de este y otros eventos de primer nivel?

Chistoso, divertido, feliz.

 

¿Qué viene después de Merrimundi? ¿Estás explorando nuevos proyectos o desarrollando más ideas en esta misma línea?

No sé todavía, pero vienen cositas.