Música y animación han establecido una estrecha alianza que se ha mantenido por generaciones. La peculiaridad de la relación radica en que, cuando de largos y corto se trata, la parte sonora tiende a ser de corte clásico, lo que ha dejado a un lado muchas otras expresiones de gran calidad y popularidad. María Trénor, directora de Rock Bottom, se suma a la lista de artistas que desafían esta premisa.

Cuestionada al respecto, la cineasta no vacila en reconocer que no comprende las razones tras esta situación. Una duda que aumenta al recordar que “hay muchísimos videoclips que están representados maravillosamente con animación”.

Rock Bottom se inspira en el álbum homónimo de Robert Wyatt que este 2024 conmemora su 50° aniversario. No es un biopic en forma, ni tampoco una adaptación del proceso creativo tras el mencionado disco. Es una mezcla de realidad y ficción con la que se busca la humanización de la leyenda, la representación de un periodo turbulento como fueron los 70 y la reflexión en torno a las distintas adversidades que caracterizan a las industrias creativas.

La cineasta espera que la película “represente un precedente” en las exploraciones a las vidas y obras de los grandes artistas musicales desde la vía animada. Asimismo, confiesa que “espero hacer más películas sobre músicos, estaría encantada”. Todo esto, convencida de que “con la animación puedes representar muchísimas cosas que pueden emocionar igual o más que la ficción”.

Radix habló con María Trénor, directora de Rock Bottom. La realizadora rememoró los orígenes de la película y el largo proceso de producción. También detalló los retos técnicos y artísticos que supuso el filme, poniendo énfasis en la rotoscopia empleada para la parte narrativa y la transición experimental para las secuencias oníricas. Finalmente, aprovechó para celebrar las posibilidades pasadas, presentas y futuras del hermanamiento entre artes musicales y animadas.