Diego Guzmán: «La animación se está imponiendo y la gente empieza a testear sus límites»
Diego Guzmán, finalista de los Premios Quirino a Mejor largometraje por La otra forma, comparte sus opiniones sobre las nuevas propuestas animadas que cada vez tienen mayor presencia en Iberoamérica.
21 de junio de 2023Por Viridiana Torres
Pocos debuts tan elaborados como el de Diego Guzmán con La otra forma. Una película animada de ciencia ficción, lo que ya es una anomalía en sí, pero que además se decanta por la distopía para arrojar toda clase de críticas sociopolíticas. Esto, mediante una humanidad obsesionada con encajar. Un deseo que es representado con un mundo que se somete a toda clase de tortuosos procedimientos físicos que le permitan moldear su figura de manera geométrica. Todo esto, además, en una historia carente de diálogos. ¡Vaya proeza!
La película tuvo un paso destacado por varios de los festivales más prestigiosos del mundo, pero la verdadera prueba de fuego llegó con su estreno en salas. ¿Cómo reaccionaría el público general? Hoy conocemos la respuesta: con altas expectativas y un profundo interés. Un brillante recorrido que fue complementado en la edición 2023 de los Premios Quirino, donde fue finalista a Mejor largometraje. Este éxito ha convertido al cineasta colombiano en uno de los talentos emergentes más destacados de Iberoamérica y en una voz más que autorizada para hablar de las formas animadas más innovadoras.
Radix habló con Diego Guzmán durante el encuentro iberoamericano. El cineasta ahondó en sus experiencias durante el desafiante proceso de producción de la otra forma y en el triunfo de la animación autoral ante los ojos de un público sediento de propuestas diferentes y arriesgadas.
¿Qué retos implica hacer una película animada de carácter no comercial en Iberoamérica?
Todavía nos falta mucho. Todo ha sido un aprendizaje, porque así como en su momento aprendes a hacer la película, ahora aprendes cuestiones de cada etapa. Aprendes en preproducción, en producción y ahora estamos aprendiendo en distribución. Para nosotros ha sido un aprendizaje, pero hay una cuestión clave que siempre ha pasado y es la formación del público. Tenemos que estar muy enfocados en empezar a formar público para estas películas y creo que también se va dando en la medida que haya más películas para ver. En el estreno ya hubo un montón de gente que se dio cuenta que existía La otra forma y ya está pendiente a ver qué va a pasar luego con el mismo director y el mismo estudio. Ya hay gente que dice ‘si este autor vuelve a sacar una película, yo vuelvo a ir’. Es algo que toma tiempo.
Hay quienes dicen que el cine de presupuesto independiente y medio desaparecerá ante la oleada de las superproducciones.
No lo creo. Sobre todo porque la experiencia de ver estas películas es en el cine. No tenemos nada que envidiarle a otras películas y el cine juega con crearte la ilusión. El hecho de que estés encerrado en un lugar donde no tienes más que hacer sino parar bolas a lo que está en la pantalla. Es necesario defender estos espacios. Yo no creo para nada en eso, creo que incluso hay un agotamiento de lo comercial y la gente en algún momento va a empezar a buscar nuevas historias y va a buscarlas también en el cine. En el estreno también nos dimos cuenta de que hay mucha gente que quiere ver la película, pero no tiene acceso a ella porque no tiene los medios de comunicación que le están diciendo que se va a estrenar ahora. Entonces estamos viviendo una segunda oleada de espectadores que hasta ahora se dieron cuenta que la película se estrenó. El cine sigue siendo lo principal.
¿Qué se puede hacer para que esta revalorización suceda?
Hablando más por la animación que por el cine independiente, creo que hay algo que está sucediendo ahoritica en Iberoamérica y es toda esta alianza que resuena porque cada vez nos conocemos más entre nosotros y también estamos ayudando. Por ejemplo, que un estreno colombiano se pueda volver también un estreno iberoamericano. Japón, Brasil, Estados Unidos funcionan en su mismo circuito, casi que a veces no necesitan al resto del mundo. Nosotros tal vez en Iberoamérica, si nos asociamos todos, podríamos subsistir solamente en Iberoamérica y claro, luego exportar al resto del mundo. Ahí te dejo esa idea [ríe].
Ahora que has estrenado La otra forma, ¿qué no volverías a hacer?
¡Uy [ríe], te puedo hacer una lista larguísima! Yo digo que nosotros cometimos todos los errores, pero que igual era necesario cometerlos. Menos mal este primer intento salimos avanti, estamos vivos y con ganas de seguir haciendo animación. Pero creo que cada etapa tiene lo suyo, por ejemplo, una de las cosas más difíciles que yo no sabía fue armar el equipo para la complejidad que la película requería. Tú a veces piensas que estás más preocupado por conseguir la plata y dices ‘cuando la tenga busco el equipo’. Pero el equipo hay que buscarlo desde el inicio, ya tienes que empezar a ver quién va a ser tu músico, quienes van a ser los animadores y así en general.
Colombia ha experimentado un auge de animación experimental y propuestas sumamente innovadoras en los últimos años, ¿a qué lo atribuyes?
Creo que es la idea de empezar a descubrir las posibilidades de la animación. La animación para mí también tiene unas posibilidades narrativas únicas y es momento de empezar a darse cuenta. A mí me parece chévere porque nosotros en animación, digamos que los últimos cinco años, venimos subiendo mucho la calidad de las empresas de animación y todo eso. Pero a veces eso simplemente son servicios, que a veces es como reproducir un sistema y ya. También me parece interesante la gente que no solamente sube eso, sino que ya tiene la animación y empieza a preguntarse qué se puede hacer con ella, qué se puede hacer de cosas nuevas. En cierto punto, nosotros en La otra forma también dijimos eso: ‘cómo podemos contar la historia, qué pasa si no utilizamos diálogos, qué otros recursos podemos utilizar’. Creo que en parte se debe a eso, a que ya la animación se está imponiendo y entonces hay gente que empieza a testear los límites de qué se puede hacer con eso.