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Crítica: La bolsita de agua caliente

Un cortometraje que da calor favorecido por su estupendo tratamiento del stop motion.

29 de abril de 2024
Por Luis Miguel Cruz
Crítica: La bolsita de agua caliente
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Los amantes de la animación se han preguntado por generaciones sobre qué es lo que hace tan especial al stop motion. Entre las respuestas más recurrentes están el encanto de las marionetas, lo tangible de los materiales y la exquisitez de las imperfecciones propias de la técnica. Muchas producciones a través del tiempo, varias de ellas de realización orgullosamente iberoamericana, han sacado a relucir estas y otras propiedades. Toda reflexión parece poca cada que un artista encuentra la sensibilidad necesaria para conmover al público con una obra de este tipo. Más aún cuando lo hace de un modo tan entrañable como es el caso de Yuliana Brutti con La bolsita de agua caliente.

Deambular por los terrenos de la familiaridad siempre es un arma de dos filos, pues se corre en riesgo de caer en los clichés o en la búsqueda obsesiva de un sentimiento. No es el caso de la directora y guionista argentina, quien libra con solvencia cualquier riesgo mediante una trama de fácil identificación, que es trabajada de modo orgánico y que potencia su calidez mediante el uso de la referida técnica. Virtudes que garantizan una profunda conexión emocional desde los primeros instantes, especialmente para todos aquellos que forjaron un lazo especial durante la infancia con un familiar más allá de los padres.

La bolsita de agua caliente Yuliana Brutti Argentina cortometraje stop motion int 1

El cortometraje nos introduce con una pequeña que se muestra nerviosa cuando una noche debe permanecer al cuidado de su abuela. Toda preocupación se disipa cuando llegada la hora de dormir comparten la bolsita de agua caliente que da título a la obra. Un objeto modesto que dará calor a sus cuerpos, pero sobre todo a sus corazones y que sellará la unión entre ambas para siempre.

El tratamiento dado a la pieza referida es elegante y decisivo para las aspiraciones de la obra. La cineasta respeta sus cualidades más básicas en todo momento, tornándola fundamental en los recuerdos forjados por la protagonista, hasta que finalmente alcanza un rol superior al convertirse en un enlace inquebrantable con el ser querido. Yuliana Brutti construye así un poderoso símbolo que alcanza su punto más alto en el emotivo desenlace, pero que trasciende hasta los pilares más básicos del filme. Tal es el caso del título, que al principio no adelanta mucho de lo que veremos, pero que queda impregnado de calidez cuando es repasado tras haber disfrutado de la obra.

Si bien La bolsita de agua caliente da un pinchazo en el corazón desde sus cimientos narrativos, todas sus virtudes se ven potenciadas por ese encanto especial que siempre ha caracterizado al stop motion. Ya lo decíamos al inicio de esta crítica, la técnica posee una amplia gama de peculiaridades y que en este caso en particular relucen en cada uno de los cuadros.

La bolsita de agua caliente Yuliana Brutti Argentina cortometraje stop motion int 3

El diseño de las marionetas es sencillo, pero las propiedades del material conceden una suavidad que invita al contacto físico. Su carácter artesanal es enriquecido por sutiles detalles como el parpadeo o la falta de boca, lo que concentra la atención en los ojos. Estos no varían en ningún momento y aun así transmiten mucho apoyándose en diversos refuerzos artísticos y técnicos, como la comunicación no verbal alcanzada desde el movimiento y los distintos valores entre los que sobresale la paleta de colores y la iluminación.

Si de carácter sensorial se trata, mención aparte para el estupendo diseño de producción que impregnan la obra de un carácter sensorial que se aprecia de lleno en todos los rincones de la habitación: la cama recubierta por gruesos cobertores y esponjosas almohadas,  la suave y cálida luz que invita a reposar, las paredes de madera que remiten a lo natural, y piezas como libros y fotografías que dan una sensación de familiaridad. Todo esto, sin olvidarnos de la bolsita, enfatizada en múltiples escenas y que corona los esfuerzos de una historia que pretende dar calor desde su título. La riqueza en este apartado es tal, que convierte al cortometraje en una de esas obras que exigen ser vistas en repetidas ocasiones, ya no sólo por lo entrañable de su historia, sino también para apreciar cada uno de los objetos que han sido meticulosamente colocados al fondo de las acciones.

Entonces, ¿por qué amamos el stop motion? Podríamos armar una lista infinita de razones, pero a veces es mejor hacer a un lado cualquier debate y simplemente dejarse llevar por las emociones que nacen de la pantalla e impactan en lo más profundo del corazón. Como las provocadas por La bolsita de agua caliente, que aprovecha algunas de las mayores riquezas de la técnica para dejar sonrisas, lágrimas y los más hermosos recuerdos. Pero sobre todo, para deleitar con una sensación de calidez, como si del más tierno abrazo se tratara.

La bolsita de agua caliente Yuliana Brutti Argentina cortometraje stop motion int 2

Ficha técnica

  • Título La bolsita de agua caliente
  • Dirección Yuliana Brutti
  • Año 2024
  • País Argentina
  • Técnica Stop motion
  • Voces N/A