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Críticas

Crítica: Icarus

Una reinvención del mito clásico que se gana con creces su lugar en el Olimpo animado.

11 de noviembre de 2022
Por Luis Miguel Cruz
Crítica: Icarus
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Si los grandes mitos de la antigüedad persisten hasta nuestros días no es sólo por su calidad narrativa –que la tienen–, sino también por las enseñanzas que nos dejan. Hablamos de historias imperecederas que transmiten toda clase de lecciones relacionadas con el bien, el mal, pero sobre todo con la compleja naturaleza humana. Este carácter ha provocado que el mito sea visto por muchos como un absoluto, lo que no ha impedido que algunos valientes lo desafían en busca de cierta maleabilidad que les haga más asequibles para el mundo contemporáneo. Carlo Vogele es uno de ellos y así lo demuestra con su ópera prima Icarus.

La película, tal y como el título indica, se centra en el muchacho cuyas ensoñaciones le hicieron volar demasiado cerca del sol, ignorante de que las alas construidas por su padre no resistirían el calor. Pero no es una adaptación, sino una reinvención. Lejos de centrarse en su bien conocido escape de la isla de Creta, la cinta imagina una relación entre el chico y el temible minotauro condenado al laberinto diseñado por Dédalo.

Para ello, el cineasta se decanta por una producción de corte clásico en el contexto, con una trama que se desarrolla de lleno en la antigua Grecia y que cuenta con los protagonistas de ambas historias: Ícaro, Dédalo, Minos, Ariadna, Perseo y por supuesto, el minotauro. Todo lo demás es profundamente revolucionario, pues no pierde una sola oportunidad de innovar. Ya sea en lo estético con un diseño que fusiona la estética griega de la época con la ilustración francesa o incluso el animé, y que alcanza su punto climático en la incursión al laberinto. En lo musical, con una brillante banda sonora de André Dziezuk que es estupendamente complementada con piezas de Vivaldi. Y por supuesto, en los temas.

El mito de Dédalo e Ícaro siempre ha sido considerado una invitación a la prudencia y la obediencia. Después de todo, habla de un joven que pierde la vida tras ignorar los consejos de su padre. Icarus, sin embargo, desafía abiertamente estos conceptos al manifestarse contra la obediencia ciega, sin importar el nivel de autoridad de donde provengan las órdenes. Así lo demuestra el joven protagonista quien se alza contra la autoridad de su padre, quien es incapaz de hacer lo propio ante su soberano, lo que acentúa todavía más el mensaje.

También revoluciona en los arquetipos. Es una historia de amistad, pero contrario a lo que suele sugerir la etiqueta en animación, no significa que haya sido concebida para niños. Es profundamente madura en la construcción de sus personajes, que van creciendo a la par de las acciones, lo que puede apreciarse en Ícaro y sobre todo en Ariadna, quienes dejan de ser niños para convertirse en adultos ante nuestros propios ojos. La evolución se da por distintos factores como son el rompimiento con los padres, la sexualidad y sobre todo la tragedia. Esta última, en abundancia.

Quizá el único pecado provenga de la técnica. Carlo Vogele se decanta por el 3D, no el convencional que tan bien conoció en su paso por Pixar, sino uno más innovador que simula 2D. Hay momentos sorprendentes, pero también otros que quedan a deber, una irregularidad que distrae e invita a pensar que el proyecto habría funcionado mejor en un 2D más convencional. Un distractor, pero que no afecta en nada al resultado final.

La arriesgada de Icarus funciona a la perfección. El resultado es brillante, exquisito e hipnótico. La historia es tan reflexiva como dolorosa, mientras que su desenlace es simplemente poético, con un cuadro final que bien podría ser una de las imágenes animadas del año. Una reinvención digna del mito que se gana con creces su lugar en el Olimpo animado.

Ficha técnica

  • Título original Icarus
  • Dirección Carlo Vogele (ópera prima)
  • Año 2022
  • País Luxemburgo, Francia, Bélgica
  • Técnica 3D
  • Voces originales Wolf Van Cappellen, Igor van Dessel, Camille Cottin, Féodor Atkine
  • Disponible en N/D