Crítica: Heavies Tendres
Una joya animada a la espera de ser descubierta.
31 de enero de 2024Por Luis Miguel Cruz
La industria animada nunca ha dejado de evolucionar, pero en las últimas décadas lo ha hecho de un modo tan arrollador que en más de una ocasión ha priorizado la técnica por sobre las historias, al tiempo que ha puesto en jaque algunas de las técnicas más añejas. Aunque pareciera que recientemente se ha alcanzado un punto de equilibrio, es imposible dejar de sorprenderse ante una producción como Heavies Tendres, que nos recuerda que el arte animado siempre es capaz de deslumbrar desde una presunta sencillez.
El largometraje se inspira en la serie homónima del 2018, que a su vez toma la juventud de su productor Juanjo Sáez como punto de partida. Es así como conocemos a Juanjo y Miquel, dos chicos de Barcelona de inicios de los 90 y cuyo único punto en común son las preocupaciones que rigen sus vidas: el primero, de naturaleza académica; el segundo, de carácter personal. Contra todos los pronósticos, ambos encuentran el consuelo y la amistad que tanto necesitan en su pasión por el heavy metal.
La premisa, como adelantábamos al inicio de esta crítica, es sencilla en muchos aspectos. Esto no impide que el director Joan Tomás Monfort transmita mensajes tan poderosos como entrañables gracias a la atinada construcción de los personajes, la fuerza narrativa y la potencia simbólica. Todo esto, cimentado de una manera tan orgánica que invariablemente conduce en la conexión con el público. Poco importa el gusto musical, la historia de esta dupla es, en mayor o menor medida la de todos nosotros.
Si esto es posible es porque el guion aprovecha cada oportunidad para exaltar el carácter de inadaptados de los protagonistas. Este rasgo, tan históricamente rechazado por buena parte de la sociedad, es plasmado con genialidad. Provoca todo tipo de pesares en nuestros estelares, hasta que lo abrazan y lo convierten en su mayor cualidad al comprender que son sus diferencias las que los hacen únicos e irrepetibles. Un símbolo de identidad que es fundamental para tratar de alcanzar la felicidad.
Estas y otras lecciones de vida se potencian con un rico catálogo de personajes que muestran las distintas caras del ser humano. Algunos lo hacen desde la nobleza, otros desde el egoísmo, unos más desde el absurdo y otros desde la contradicción. Poco importa la fórmula, pues todas son representaciones honestas de un mundo que no siempre es fácil de entender.
La construcción va más allá de los convencionalismos del coming-of-age, ya que su verdadero propósito es promover la tolerancia hacia el prójimo, especialmente hacia todos aquellos que piensan distinto. Una invitación que no se apoya en excesos ni florituras, sino que surge desde algo tan hermoso pero a su vez tan común como es la música. Una representación del arte como vía para la creación de vínculos fraternales y no de conflictos como muchos se empeñan en la actualidad.
La genialidad de Heavies Tendres no se limita a la narrativa, sino que se extiende por su inusual estética. Uno de los elementos más representativos de la obra producida por Juanjo Sáez es la sencillez del trazo, lo que puede apreciarse de lleno en esta producción: los personajes tienen un diseño primario y a excepción de sus bocas, carecen completamente de rostros; el uso de color es básico, los sombreados son inexistentes y el blanco domina en el grueso de los cuadros; la perspectiva es nula en las escenas más abiertas con las que se explora la ciudad.
Una apuesta extremadamente arriesgada, más aún en la ya referida industria animada que se decanta cada vez más por la ruta de la espectacularidad visual. Pero bien dicen que menos es más y esta obra lo demuestra con creces, ya que el filme está plagado de momentos conmovedores reforzados con el aprovechamiento de los distintos valores cinematográficos: el uso de la luz y la oscuridad, las palabras de aliento o los silencios que curan heridas, o el posicionamiento de la cámara para enfatizar un estrechón de manos que termina convirtiéndose en un tierno abrazo entre dos jóvenes que hace tiempo dejaron de ser amigos para convertirse en hermanos. Elementos diferenciadores que se tornan decisivos para el alma y el corazón de la película. No sabemos si la trama funcionaría con un diseño más elaborado, de lo que sí tenemos la certeza es que la modestia vista en pantalla se torna hipnótica y es decisiva para la generación de lazos inquebrantables.
Heavies Tendres es una historia de vida honesta que invariablemente invita a mirar hacia nuestro interior, pero también al de todos aquellos que nos rodean. Una de esas joyas que permanecen a la espera de ser descubiertas, listas para dar un pinchazo en el corazón de todos los que tienen la fortuna de cruzarse con ellas.
Ficha técnica
- Título Heavies Tendres
- Dirección Joan Tomás Monfort (Todo sobre nada)
- Año 2023
- País España
- Técnica 2D
- Voces Xavi Teixidó, Pol López