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Crítica: Fracasitos

Fracasitos demuestra que no hay mejor manera de superar los tropezones de la vida que con un poco de humor

11 de marzo de 2022
Por Luis Miguel Cruz
Crítica: Fracasitos
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Hay historias animadas que enamoran sin necesidad de tramas rompedoras ni técnicas revolucionarias y cuyo éxito radica más bien en su simpleza. Pocos proyectos lo ejemplifican tan bien como Fracasitos, serie basada en los cómics digitales homónimos de Ana Oly que tal y como su título indica, gira alrededor del fracaso.

Esto a través de Fracachica, una joven cuyo eterno optimismo contrasta drásticamente con los continuos tropezones que padece con cada nueva experiencia. Son muchos los personajes animados a través del tiempo que han sido construidos sobre las bases de la derrota, pero si hay algo en lo que se diferencia este es en la identificación que provoca. Ninguna de sus actividades es fantástica ni extraordinaria, sino que todas son de lo más común: la adopción de un perro, un viaje a la playa o un esfuerzo por cocinar. Absolutamente todas, de un modo u otro terminan en un estrepitoso descalabro. Y es precisamente en esta cotidianeidad donde radica su mayor fortaleza.

Fracasitos no es un show que apele al desencanto, sino uno que invita a reírnos de nuestras propias tragedias y aceptar el fracaso como parte de la vida diaria. Algo que simplemente ocurre y con lo que debemos aprender a lidiar. Esto para nada significa que invite al conformismo. Todo lo contrario, pues si hay algo que caracteriza a Fracachica es su deseo por seguir probando todo tipo de actividades que le entusiasman sin preocuparse por anteriores caídas.

Esto mismo hace que su historia vaya dirigida a una audiencia de todas las edades. Si bien sus tramas son primarias y sus episodios son sumamente cortos –hablamos de no más de cinco minutos–, los más pequeños se divertirán y aprenderán importantes lecciones de vida, mientras los mayores seguramente rememorarán sus propios tropiezos con una sonrisa.

La identificación por parte del público general también está beneficiada por la estética. Una aseveración engañosa por lo modesto de una técnica que parece apuntar exclusivamente a los niños, pero que tiene mucho en común con muchos otros proyectos nacidos del webcómic como Sarah Scribbles, Moonbeard o Safely Endangered, compuestos de ilustraciones primarias pero que abordan todo tipo de preocupaciones adultas desde la ironía y el humor. Tal vez Fracasitos no posea una naturaleza tan cínica, pero sí que se apoya en elementos maduros como la exploración de la frustración paulatina a través del timing narrativo y el estupendo trabajo de voz de Sofía Morandi como Fracachica.

La premisa básica dicta que menos es más y Fracasitos así lo confirma. Una serie básica, sí, pero con la que es imposible no conectar de un modo u otro. Porque, aunque duela, si hay algo que todos tenemos en común es que todos hemos experimentado el fracaso. Y no hay mejor modo de superarlo que con un poco de humor.