Crítica: El tesoro de Barracuda
Una adaptación entrañable que invita a seguir emocionándonos por una animación iberoamericana que se ha convertido en un tesoro en sí mismo.
29 de septiembre de 2025Por Luis Miguel Cruz
El pirata es un personaje curioso. El concepto tradicional se refiere a individuos que dedicaron su vida al pillaje en altamar, mientras que la ficción ha emparejado el término con nociones de aventura, camaradería y libertad, en un tratamiento que va del clásico imperecedero Treasure Island de Robert Louis Stevenson a interpretaciones más modernas como la franquicia Pirates of the Caribbean. La tendencia se extiende de la mano de la animación iberoamericana con El tesoro de Barracuda, que marca el retorno de Adrià García a los terrenos del largometraje a 18 años de su entrañable Nocturna, y quien suma la lectura a la ecuación.
El filme adapta la novela homónima de Llanos Campos para introducirnos a una niña huérfana cuyo mayor anhelo es reencontrarse con su familia. El deseo la hará ocultarse en un barco pirata y la llevará a convertirse en pieza clave para la búsqueda de un codiciado tesoro, al ser la única de la tripulación que sabe leer. Los retos irán más allá de las letras, ya que el capitán que da título a la historia dista mucho de ser el único bucanero en busca del botín.
El tesoro de Barracuda está plagada de emociones, pero, como tantas otras historias de piratas, su mayor virtud radica en la construcción de sus personajes y la interacción entre los mismos. El conjunto de marineros es un deleite, pero los reflectores son acaparados en todo momento por el marinero Ballena, el Capitán Barracuda y la pequeña Chispas, siendo esta última el eje central de una historia netamente familiar.
La protagonista es una fiel encarnación del coraje y la astucia infantil, no por falta de miedos —que se manifiestan en numerosas ocasiones—, sino porque nunca duda en enfrentarlos. No conforme con esto, es una excelsa representación de la empatía como forma de resistencia, la inteligencia como brújula y la imaginación como mapa hacia otros mundos posibles. Valores imprescindibles en una sociedad tan necesitada de comprensión por el prójimo.
La pequeña también representa un grito de equidad al interior de la trama. No es casualidad que la trama se apoye en uno de los mayores temores entre los bucaneros reales como es la presunta mala suerte que puede representar el tener a una mujer a bordo de un barco, como tampoco lo es que la joven marinera desafíe la premisa al convertirse en el eslabón unificador del navío y en la clave para una alianza determinante hacia el tercer acto.
Y por supuesto, también opera como una invitación a la lectura y al saber. Más que una simple traductora, Chispas es una fuente de inspiración entre los piratas que desean aprender a leer por su cuenta, no solo para encontrar el tesoro, sino para saciar su sed de conocimiento en distintos asuntos que les competen.
La valía de estos mensajes no impide cierta falta de riesgos dentro de la trama, especialmente palpable en los pocos retos que vinculan al mapa con el mundo de las letras. Aunque el guion pretende evitar la reiteración, su construcción evita que la lectura sea representada como un acto plenamente transformador, no por los discursos que la rodean, sino por la experiencia de quienes descubren en ella una riqueza que vale más que cualquier tesoro. Esto no impide una obra disfrutable, pero sí repercute en el que partía como el tema central.
Bajo esta premisa, es justo decir que algunas de las mayores osadías provienen de las decisiones técnicas. En una industria que sigue mostrando una gran inclinación por el 3D y las narrativas aceleradas, Adrià García se decanta por un 2D de trazo cálido y ritmo pausado, aunque sin perder de vista el carácter revolucionario con una importante actualización en el diseño de personajes al clásico de Llanos Campos y que es reforzado con una paleta vibrante, pero nunca estridente, que enaltece el carácter alegre que caracteriza al filme en todo momento.
El tesoro de Barracuda es fiel al cine de piratas al ofrecer una aventura cargada de emociones, y aun así, encuentra el modo de abrir su propio camino en el panteón bucanero con una obra entrañable que invita a imaginar, compartir y empatizar, pero también a seguir emocionándonos por una animación iberoamericana cuyas virtudes le han llevado a convertirse en un tesoro en sí mismo.
Ficha técnica
- Título El tesoro de Barracuda
- Dirección Adrià García
- País España, Bélgica
- Año 2025
- Voces originales Laia Vidal, Ángel del Río, Mark Ullod
- Técnica 2D