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Cortometrajes

Crítica: Blush

Blush es un brillante debut animado y que deja muy en claro el camino a seguir por Skydance.

28 de octubre de 2021
Por Luis Miguel Cruz
Crítica: Blush
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Es bien sabido que Skydance Studios aspira a convertirse en uno de los mayores referentes de la animación iberoamericana y europea. Sus esfuerzos inician con Blush, un cortometraje cuyo primer gran mérito es dejar muy en claro cuál será la ruta a seguir por el estudio: historias de alto impacto social, apoyadas, por una técnica de primer nivel y definidas por una esencia muy propia.

El primer apartado se cumple con creces con la introducción de un astronauta en apuros luego de que su nave se accidenta en un planeta solitario, sin oxígeno ni agua y por ende, sin posibilidad de supervivencia. Sus problemas pasan a segundo término con la llegada de otra viajera espacial, en este caso de naturaleza extraterrestre y quien inmediatamente empatiza con el terrícola. Estos sucesos conducen a una historia de aceptación al prójimo sin distinción de etnias ni culturas, un mensaje de gran importancia para los tiempos en que vivimos, pero admitámoslo, también uno muy recurrente dentro de la ciencia ficción.

Pero los esfuerzos del estudio no terminan aquí, pues todo esto es apenas la base de una trama mayor. Revelar mucho sería injusto y sólo diremos que la relación no tarda en dar frutos, muchos de los cuales son puestos en jaque por un acontecimiento inesperado. Y es aquí donde radica la gran diferenciación, pues el que parecía ser un argumento más bien genérico encuentra su fuerza en el reflejo de la tragedia, pero también en la búsqueda de la esperanza. Todo esto trabajado con una profunda destreza para apelar a chicos y grandes por igual.

La técnica es buena sin ser realmente brillante, lo que pasa a segundo término ante unos personajes concebidos a partir de un diseño aniñado y caricaturizado que combina perfectamente con la simplicidad de las texturas. Más sobresaliente es el diseño de producción con un planeta cuya naturaleza remite muy directamente al mundo de Le Petit Prince de Antoine de Saint-Exupéry. Este paralelismo que se ve exaltado cuando el astronauta intenta manipular una planta en un biombo de cristal y que recuerda de lleno a la rosa del clásico literario.

A esto se suman un par de naves espaciales de corte retrofuturista, que lejos de apuntar a un porvenir de exploración espacial, buscan a honrar a viejos genios de la sci-fi cinematográfica como sería el caso de George Méliès. Tintes clásicos que además se ven favorecidos por la ausencia de diálogos que dan una obra silente a la vieja escuela, una decisión arriesgada pero que enfatiza la estupenda comunicación no verbal de los personajes centrales.

Mención aparte para los efectos especiales, determinantes para las transiciones entre los distintos actos y muy especialmente para el clímax de la historia. Sobresalen cada que son requeridos, pero sin opacar la trama.

Finalmente la esencia, en franca construcción al tratarse de un estudio completamente nuevo, pero que para nada duda en emular la estética heredada de Ilion Animation Studios y que resulta evidente el diseño de una alienígena que bien podría haber sido extraída de Planet 51 (2009). Aunque eso sí, secundada por una narrativa mucho más potente y trascendente, y por decisiones técnicas sumamente interesantes como la ya mencionada falta de diálogos, reemplazados completamente por música y silencios que hacen hincapié en las sensaciones de una historia que resalta sobre todo por su emotividad.

Blush está lejos de los mejores cortometrajes animados de la actualidad. Es, sin embargo, un paso decisivo para las bases de Skydance Animation, que lo tiene todo para dar grandes alegrías a la animación iberoamericana y global.