Radix

Artículos

Recuento 2022: Los mejores personajes de animación iberoamericana del año

Desde alocados niños hasta las más peculiares criaturas, estos diez personajes animados que llegaron para quedarse.

19 de diciembre de 2022
Por Viridiana Torres
Recuento 2022: Los mejores personajes de animación iberoamericana del año
Compartir

La animación iberoamericana nos ha dado grandísimos personajes a lo largo de toda su historia y este 2022 no fue la excepción. Los hubo para todos los gustos y en todas las técnicas, desde simpáticas aves hasta inquietantes personajes históricos. Si todos han trascendido es por su diseño y su personalidad, pero sobre todo porque han representado importantes mensajes que vivirán para siempre en el recuerdo de las audiencias. ¿Cuál es su favorito?

A continuación nuestro recuento con los mejores personajes de animación iberoamericana del año.

 

10. Maluquinho (O Menino Maluquinho)

Saltar del papel a la pantalla no es cosa fácil. De hecho, ¡son muchos los que han fracasado en el intento! La complicación es todavía mayor cuando se trata de personajes clásicos y bien establecidos en el imaginario colectivo. Por eso no deja de sorprender la facilidad con la que Maluquinho desemboca en el terreno animado, con un tratamiento que se siente profundamente respetuoso con el personaje que ha conquistado a los aficionados por más de cuatro décadas, pero al mismo tiempo increíblemente refrescante para la conquista de nuevas generaciones. Una serie sumamente divertida y con los argumentos necesarios para garantizar que el pequeño creado por Ziraldo continuará brillando como un clásico imperecedero.

 

9. Pedro Prensa (La otra forma)

Para entender la grandeza de Pedro Prensa antes hay que entender su contexto: una humanidad seducida por un paraíso cuadrado en la Luna y en el que sólo se puede entrar si se tiene un físico y una mentalidad acorde con este cuerpo geométrico. El mencionado personaje forma parte de este mismo círculo –¿o deberíamos decir cuadro?– vicioso, convirtiéndole así en un potente símbolo de la homogeneización que ha caracterizado a la sociedad a través del tiempo y que parece tornarse cada vez más preocupante. Un mundo que sólo quiere encajar a como dé lugar, aun cuando esto le cueste la vida y la identidad.

 

8. Finado y Moribunda (Las leyendas: El origen)

Tras más de diez años como secundarios de lujo, las silentes calaveritas de azúcar alzan la voz por primera vez en toda su historia para protagonizar su propia aventura. Un logro mayor en todos los términos, ya que afianzó la popularidad de la alocada dupla entre el público, resolvió muchas de las dudas que la Saga Las Leyendas tenía pendiente de aclarar y refrescó la franquicia que ahora tiene un sinfín de posibilidades. Hacia el futuro con viejos conocidos como Xóchitl, Teodora, Don Andrés, y Alebrije o el pasado con los nuevos, pero no menos entrañables personajes como Eva y Chimo.

 

7. Dos pajaritos (Dos pajaritos)

Un visionado superficial puede sugerir que estamos ante personajes más bien sencillos, cuando lo cierto es que los dos pajaritos vistos en la serie homónima son extremadamente complejos. Sus marcadas diferencias reflejan las distintas dualidades humanas que puede ir de lo físico a lo ideológico, pero que invariablemente desembocan en el conflicto. Lejos de enfocarse en las diferencias y el rompimiento, la continua resolución de sus problemas garantiza una coexistencia pacífica e invita a pensar que la convivencia, la armonía e incluso la hermandad son posibles. Estos poderosos mensajes se ven fortalecidos por un entorno brillantemente trabajado, que va de un árbol perfectamente simétrico a una serie de alocados visitantes. Situaciones que han convertido a los simpáticos pajaritos en dos de los personajes más celebrados del año.

 

6. Tío (Tío)

Si Tío se hace presente en esta lista no es por su efímera aparición en pantalla, sino por su poderosa presencia simbólica que se hace presente en todo momento. Un dios demonio que inspira respeto y terror en los ancianos, no así en los más jóvenes que se muestran irreverentes ante los viejos rituales por complacerlo. Grave error, pues esta forma de pensar hace que la entidad se manifieste en lo más profundo de las minas con el fin de castigar a quienes dudan de su poder. Una feroz metáfora de un México violento que ha acabado con la vida de miles de chicos ante la mirada atónita de los mayores que no pueden sino preguntarse por qué nadie escuchó sus consejos.

 

5. Azulín (Unicorn Wars)

El coprotagonista de Unicorn Wars es uno de esos personajes que llegan para cambiarlo todo. Aunque muchas de sus bases se remontan a Moffy de Sangre de unicornio, el osito introducido en Unicorn Wars es más complejo en todos los sentidos. Tanto en los orígenes de su resentimiento, nacido de la envidia y la tragedia, como en las consecuencias que este tiene en su persona, su familia y todo el mundo que le rodea. Esto mismo hace que por momentos sea detestable, pero sin perder su carácter hipnótico y fascinante. Uno de los personajes animados más brillantes de Alberto Vázquez, así como uno de los más ambiciosos del panorama contemporáneo que demuestra la manera en que el odio ha consumido a la humanidad hasta convertir su existencia en algo oscuro e inquietante.

4. Íngrid Olderöck (Bestia)

La dictadura chilena ha sido fuente de inspiración de numerosas historias, muchas de ellas animadas. Ni siquiera estos antecedentes nos prepararon para una exploración como la de Íngrid Olderöck en Bestia. La llamada Mujer de los perros es mostrada en toda su brutalidad, pero también en su pocas veces pensada humanidad, como una persona con recuerdos, deseos y aspiraciones. Una construcción inusual y arriesgada que nunca busca la comprensión, sino dejar muy en claro que algunos de los nombres más infames en la historia fueron individuos comunes y corrientes. ¿Qué falló: la persona o la sociedad? La construcción de este personaje sin duda invita a pensarlo

3. Ra-Amon-Ah (Tadeo Jones 3: La tabla esmeralda)

¿O es Ramona? Diríamos que el nombre es lo de menos, pero no lo es. Si la ancestral fémina se convirtió en uno de los personajes más entrañables de Tadeo Jones 3: La tabla esmeralda no fue por ser una simple contraparte de Momia. Más bien porque la ignorancia en torno a su identidad reflejó la situación de tantas grandes mujeres que siguen en el anonimato aun cuando fueron determinantes para forjar la historia. Por eso mismo, su reacción ante el abrazo de Sara fue uno de los momentos animados más conmovedores del año. Eso sí, la personalidad de la egipcia también fue una estupenda adición al ecléctico equipo que sigue sumando grandes personajes con cada nueva entrega. ¡Qué ganas tenemos de verla de vuelta en una nueva aventura!

2. La mujer dorada (Jibaro)

No tiene nombre ni una sola línea. Ni falta que le hace. Su color dorado, su mirada penetrante y sus movimientos hipnóticos fueron suficiente para ser idolatrada por el mundo entero. También para desafiar su mirada, pues más de uno se pregunta si lo visto en pantalla es acción real, captura de movimiento o animación pura y dura. Para quienes aún se lo preguntan, la respuesta es esta última. Es así como la mujer dorada se ha convertido en el personaje más representativo en la exitosa filmografía Alberto Mielgo y en la mejor prueba del enorme talento de los artistas iberoamericanos que desafiaron el valle inquietante para dar un proyecto que deambula cerca de lo imposible.

 

1. La Muerte (Pinocchio)

Si hay algo que caracteriza la filmografía de Guillermo del Toro es la grandeza de todos y cada uno de sus personajes. Pinocchio no es la excepción, ¡todo lo contrario! Qué difícil es decir cuál es el más sobresaliente de todos. Nos quedamos con la Muerte por muchísimas razones. Empezamos por el exquisito diseño que se olvida de calaveras, capas y hoces para decantarse por una especie de grifo que cambia cualquier temor por sensaciones de asombro. No menos importantes son los mensajes que transmite, pues mientras el grueso de las adaptaciones de Pinocchio exaltan el don de la vida, la del mexicano nos recuerda en todo momento que ésta es finita y por consiguiente es inseparable del deceso. Finalmente, por el brutal trabajo de voz de Tilda Swinton que nos dejó uno de los monstruos más memorables en toda la obra del director.