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Conoce Los Santos: El largo que denuncia los abusos del Sodalicio peruano

"La animación como tal me permite explorar esta especie de fantasía en la que vivimos todos aquellos que estuvimos atrapados", confiesa su director Omar Rojas.

10 de marzo de 2023
Por Viridiana Torres
Conoce Los Santos: El largo que denuncia los abusos del Sodalicio peruano
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Como cada año, Animac tiene en su programación una vasta cantidad de proyectos de gran calidad pero sobre todo de gran interés para el público que vive de cerca el amor por la animación. Esta edición 2023 no fue la excepción y tuvo entre sus elegidos no uno, sino varios filmes con temas de índole social. Entre ellos desatacaron Cadê Heleny? de Esther Vital, Hojas de k de Gloria Carrión y Los Santos de Omar Rojas. Este último, un largometraje en desarrollo.

El productor francés Olivier Catherine dio a conocer el proyecto de forma presencial y Omar Rojas vía online desde Perú. El primero hizo referencia a cómo en Annecy “la gente no paraba de hacerle preguntas a Omar por el proyecto, porque es su vivencia”. Después de escuchar a Rojas, es fácil comprender lo ocurrido en el festival francés.

Los kilómetros que distancian a Omar Rojas de nosotros no se interpusieron cuando empieza a relatar la historia de su vida y de su proyecto, porque entonces comprendimos, aunque sea un poco, lo que sufrió. “La historia de Los Santos surge en los Sodalicios de la iglesia católica. Es un estilo de vivir la vida cristiana”, resulta irónico que con esta frase tan sencilla comienza a contar una serie de vivencias que no tiene nada de sencillas.

El proyecto de Los Santos nos introducirá con un muchacho que llega con los sodálites después de ser atraído por miembros del grupo que se presentan en su colegio y le muestran la vida cristiana de una forma divertida. Sin embargo, todo se complica cuando el chico se da cuenta de que tiene que renunciar a su vida y la manera en que todo cambia cuando está dentro. Su voluntad es anulada y las ideas con las que es reeducado no son sólo extremistas, sino que atentan contra los demás.  El dominio que tienen sobre él es tal que controlan hasta su forma de reír. Todo esto sin olvidar los castigos físicos y psicológicos. El personaje va cayendo en un agujero en el que cada vez se siente más ajeno a sí mismo.

Esto es sólo la punta del iceberg. Omar Rojas nos hace un recuento de todo lo que es el Sodalicio en Perú desde su fundación por Luis Fernando Figari, quien se basó en ideologías de distintas personalidades, como Miguel Primo de Rivera y Benito Mussolini, para crear su congregación. Esto sin pasar por alto la llegada de Germán Doig, quien se vuelve una especie de santidad para el grupo y quien hace las prácticas más radicales. Comienza la creencia de que son capaces de comunicarse a través de la mente, la satanización de las mujeres y la idea de que deben ser maltratadas, así como la creencia en la mortificación corporal y el dolor como medio de llegar a la santidad. Creen que esto puede sanar enfermedades, ayudar al Papa, entre otras cosas. Por lo que los abusos físicos, psicológicos y sexuales son vistos como actos de heroicidad para llegar al universo de los santos.

Al momento de mostrarnos un pequeño reel, explica que en el universo de la película hay varios elementos que simbolizan todo lo que hay dentro del mundo de los Sodalicios, entre los que destacan: el mar, los vitrales, la montaña y la armadura. Esta última tiene una presencia dominante, pues todos los personajes van vestidos con armadura, una forma de ejemplificar la creencia que tiene la congregación de verse como mitad monjes y mitad soldados. Además de simbolizar la cárcel en la que se encuentran recluidos.

Omar Rojas confiesa que llegó a la animación por testarudez y porque, a pesar de que muchas veces no cumplía los requisitos que le pedían, él no dejaba que esto lo detuviera y aún así se presentaba. “Así fue como llegué a Annecy”, cuenta entre risas, para después cerrar la charla diciendo que “esta es una historia en contra del fanatismo. La animación como tal me permite explorar esta especie de fantasía en la que vivimos todos aquellos que estuvimos atrapados”. Una muestra más del poder de este arte como medio de expresión, pero también como un canal para dar a conocer y luchar contra tantos problemas sociales, políticos y de derechos humanos.