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El Laboratorio de Futuros de los Premios Quirino debuta con fuerza como plataforma de reflexión colectiva

Los Premios Quirino han abierto un canal de diálogo cuya capacidad para fortalecer la identidad colectiva podría convertirse en un importante motor de transformación para nuestras industrias.

9 de mayo de 2025
Por Luis Miguel Cruz
El Laboratorio de Futuros de los Premios Quirino debuta con fuerza como plataforma de reflexión colectiva
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Los Premios Quirino siempre han sido más que la gala que da nombre al evento. Se trata de un encuentro que celebra lo mejor de la animación iberoamericana, pero que también está en una búsqueda constante de estrategias que contribuyan a su fortalecimiento desde la comunidad. Así queda confirmado en su Foro de Coproducción, sus mesas centradas en el rol de la mujer dentro de la industria y en las televisiones públicas, e incluso en su extinto congreso. La edición 2025 ha sumado una nueva iniciativa que podría tornarse imprescindible para el desarrollo de nuestras industrias: el Laboratorio de Futuros.

La organización lo describe como un espacio “de inteligencia colectiva para explorar escenarios futuros, identificar desafíos y oportunidades, y diseñar fórmulas innovadoras de cooperación para la animación iberoamericana”. Consistió en dos charlas centradas en el impacto de las megatendencias, tendencias y tecnologías emergentes en el sector de la animación, y el marco actual de la industria iberoamericana de la animación. Estas fueron seguidas de una dinámica en la que los asistentes eran segmentados en grupos de trabajo que debatían sobre pasado, presente y futuro de la animación iberoamericana, con el fin de establecer una serie de conclusiones sobre el fortalecimiento de nuestras industrias, las cuales serán entregadas a las autoridades y administraciones públicas de cara a la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible MONDIACULT 2025.

Aunque sus objetivos son concretos, lo visto en la dinámica hace pensar que la organización de los Premios Quirino, como máximo punto de reunión para la animación iberoamericana, debía encontrar el modo de convertir este laboratorio en una práctica recurrente, aun cuando los temas a debatir puedan cambiar o el encuentro no se celebre en modalidad anual.

 

Pensar el mañana

Premios Quirino Laboratorio de Futuros 2025

Era difícil no dejarse llevar por la sensación de comunidad que imperaba en la dinámica, en la que docentes, artistas, directores y productores de todo el bloque compartían sus distintas reflexiones en torno a una industria en continuo desarrollo, lo que invariablemente invitaba a ponerse en los pies del otro para darnos cuenta de que, si bien todos pertenecemos a una misma región con inquietudes en común, cada país tiene fortalezas y enfrenta obstáculos muy particulares. La consolidación como un bloque intercontinental depende de la unificación de criterios que permita avanzar como un conjunto.

Para dar una idea de la experiencia, nos centraremos en el grupo Tirón de futuro, que se enfocó en las tendencias emergentes, nuevas tecnologías y modelos de consumo que están transformando el sector. Podría pensarse que las discusiones se centrarían única y exclusivamente en la inteligencia artificial, pero la dinámica abrió paso a una lluvia de ideas de la que surgieron todo tipo de temas: la visión optimista de Nuno Beato (Sardinha em Lata, Portugal), quien considera que las alteraciones en la industria global por las tendencias sociopolíticas actuales podrían ser una oportunidad para que el bloque solidifique su posición ante el mundo; la perspectiva de género de Paulina Sanhueza (Gigante Azul, Chile), quien celebra los avances pero considera imprescindible continuar trabajando para la equidad; el realismo de Jonatan Guzmán (Polar Studio, México), quien pidió aprovechar las cualidades del arte animado para trabajar por la recuperación medioambiental; las duras conclusiones con las que María Zanocchi (Los Besos Contenidos, Uruguay) dejó ver que los artistas que hacen posible la animación deben encontrar el modo de imponer sus condiciones en un sistema plagado de adversidades.

La respuesta de los asistentes fue estupenda, al grado que hicieron falta sillas ante la cantidad de personas. La participación no se limitó a unos cuantos, ya que la moderadora invitó a todos a externar su opinión hacia el cierre del encuentro. Este duró más de lo contemplado, e incluso podría haber tomado más tiempo de no ser porque la agenda obligaba a cerrar. Por todo esto y más, pensamos que el Laboratorio de Futuros debería regresar para próximas ediciones de los Premios Quirino.

Y es que, más allá del uso específico que se dará a las conclusiones de este año, la dinámica tuvo un carácter virtualmente terapéutico que invitó a abrazar las fortalezas que nos caracterizan como bloque regional, así como a encarar las adversidades con una sensación de hermandad. En cuanto a las posibles temáticas, las opciones son infinitas: mejoras en el modelo de coproducción, distribución conjunta en la región, equidad e igualdad de oportunidades, fortalecimiento de industrias emergentes, desarrollo de nuevos talentos…

No sabemos cuál será el destino de este espacio, pero podemos decir sin temor a equivocarnos que la organización de los Premios Quirino ha abierto un canal de diálogo cuya capacidad para fortalecer la identidad colectiva podría convertirse en un importante motor de transformación para nuestras industrias.