Residencias, programa de ayuda a creadores cinematográficos desarrollado por la Academia de Cine de España con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid, ha revelado los proyectos que participarán en su quinta respectivamente. Tras la evaluación de 732 solicitudes se han elegido veinte proyectos, dos de los cuales son de naturaleza animada. El viaje de Azul de la mexicana Alin Romero y Por el monte las sardinas de la española Katia Klein.

El viaje de Azul es un largometraje dirigido a todos los públicos, una aventura tipo road movie, que por medio de la metáfora aborda conflictos de nuestro presente como la crisis de refugiados, el cambio climático y la polarización económica. El tema de esta historia es el miedo. El miedo a perder lo que tenemos, vinculado a la supervivencia, el miedo a crecer y a la incertidumbre del futuro.

La historia nos introduce con Azul, la integrante más joven del clan de navegantes y guardianas encargadas de proteger lo más valioso de este fantástico mundo: las semillas con capacidad de transformar el agua en energía y así conservar la vida.

Nira era un mundo fértil formado por islas llenas de semillas y amplios canales, pero desde hace varias décadas llegó una sequía, las semillas desaparecen, las islas se vuelven áridas y los habitantes migran al norte en busca de tierra fértil. Después de la destrucción de su isla, Azul huye lo más lejos que puede y en el camino descubre un escondite con suficientes semillas que pueden devolver el equilibrio.

Por su parte, Por el monte las sardinas es un largometraje de animación en 2D con una estética tradicional usando el grafito, las ceras y el acrílico. Es la historia de madres que no quisieron ser madres, madres que sí quisieron ser madres y les quitaron a sus hijos, madres que no decidieron serlo y se convirtieron en madre y madres que sí quisieron ser madre y no supieron serlo. Una película para mostrar la diversidad y complejidad de la maternidad.

La historia parte de la tragedia con Manolo que baja al pueblo para hacer unos recados, mientras que su mujer Adela recoge la hierba seca, al tiempo que su bebé juega a metros de ella con unas ramas. Un águila sobrevuela el valle, se precipita hacia él y se lo lleva como presa sin que la madre pueda hacer nada.

Meses después, para distanciarse de lo sucedido, vuelven a Astillero, la ciudad natal de Manolo, donde trabajará de barquero para la isla Pedrosa. Allí conoce a Miranda, una joven dedicada a cuidar enfermos en el hospital de la isla. Miranda guarda en secreto los cuadros que ha pintado su hermana quien se los envía desde distintas ciudades para que sepa que sigue con vida. Miranda y Manolo se enamoran y deciden huir. Van a construir una vida nueva, pero ella recibe una llamada que desmonta todos sus planes.

Alin Romero, Katia Klein y el resto de los cineastas comenzarán su residencia artística el próximo octubre y hasta finales de junio de 2024, disfrutarán de los medios y ayudas necesarias para el desarrollo de sus proyectos audiovisuales. La sede de la institución en Madrid será el espacio en el que se realizará este programa, que ofrecerá una aportación económica de carácter mensual a los creadores; apoyo en los gastos de traslado y alojamiento de aquellos residentes que vivan fuera de la Comunidad de Madrid; asesoramiento de mentores, espacio físico de trabajo, inmersión en las actividades de la Academia y encuentro permanente con la industria.

Es así como la Academia de Cine de España mantiene su compromiso con lo animación, una industria que no para de crecer y de dar alegrías al país europeo y todo el bloque iberoamericano.