La inteligencia artificial en la animación: ¿amiga o enemiga?
Next Lab Generation exploró las dos caras de la moneda durante su edición 2023.
9 de marzo de 2023Por Viridiana Torres
“El enemigo”, fue la reacción de una persona del público cuando salió el tema de Midjourney en una de las tantas pláticas que Next Lab Generation 2023 dedicó a la inteligencia artificial. Una rección curiosa, quizá exagerada para algunos, pero comprensible tras lo vivido por el gremio animado en los últimos meses: sistemas que crean imágenes a partir de ilustraciones preexistentes y sin pagar ningún tipo de comisión; titanes como Netflix que han empezado a usar estos avances al tiempo que minimizan a sus artistas con el crédito de humanos; figuras como Hayao Miyazaki, Mike Mignola y Guillermo del Toro que se han manifestado abiertamente contra esta tecnología. “Nunca podrán capturar un sentimiento o el semblante, la suavidad de un rostro humano”, aseguró el mexicano en su momento.
La inteligencia artificial parece, efectivamente, un claro enemigo para los artistas animados de todo el mundo. Al menos hasta que el mencionado evento español que combina animación y tecnología nos hizo pensar que la situación es más compleja de lo que podría parecer en primera instancia, y que incluso el tan temido, por no decir odiado avance podría ser un importante aliado hacia un futuro cercano.
La cara amable de la inteligencia artificial
“Cerebros humanos construyendo cerebros artificiales”, es el eslogan que se lee cuando ingresamos en el sitio de Quantic Brains, empresa dedicada al desarrollo de cerebros de IA que encapsulan diferentes conjuntos de habilidades para automatizar los comportamientos de los personajes animados como sería hablar, caminar, nadar, luchar…. Una vez que el personaje está en escena, interactúa con otros personajes y con objetos inteligentes exclusivos que solo pueden ser utilizados por estos mismos cerebros, como serían una espada, un piano, una pelota….
Suena como la peor pesadilla de la industria animada, al menos hasta que los cofundadores Roy Conan y Julio Covacho aprovechan su presencia en Next Lab Generation para enfatizar que “no queremos quitar el control”.
Para demostrarlo, la dupla explica que su herramienta fue concebida para fomentar la creatividad, para lo que se considera la intervención de dos cerebros: el de los personajes y el del director. Todo esto para la creación de una red neuronal cuyo objetivo es facilitar el trabajo mediante la agilización de procesos, pero que nunca tiene la última palabra. Absolutamente todo puede ser retocado por los artistas al frente de los proyectos. Un sistema que reduce los tiempos y por consiguiente, los costos.
Otra buena prueba de la gran ayuda que pueden representar estas innovaciones proviene de El Ranchito, empresa especializada en efectos visuales y cuya misión incluye aportar “las mejores soluciones a nuestros clientes”. Algo que hoy día incluye el uso de inteligencia artificial. Así lo confirmaron el COO Gonzalo Carrión y el director de formación y ML David Guaita durante su paso por el foro ya mencionado en el que compartieron una serie de usos prácticos.
“No pensamos que se vaya a usar contenido [creado por inteligencia artificial] en sí”, aseguraron, “pero a la hora de modificar imágenes, eso sí”. Es difícil saber si la primera aseveración se cumplirá, pero de la segunda no hay duda, pues se trata de una práctica cada vez más recurrente en el terreno de los VFX como el DeepFake (reemplazo y/o rejuvenecimiento de rostros) o el 3D NeRF (creación de composiciones en 3D a partir de imágenes fijas encontradas en la red). Procesos tan importantes que la dupla no duda en equipararlos con el surgimiento del 3D.
Es fácil emocionarse y pensar que los viejos miedos a la inteligencia artificial no fueron sino un mal sueño. Las sensaciones de alivio son reemplazadas por nuevas tensiones ante una presentación que pareció ser un duro golpe con la realidad.
Una amenaza latente
Carlos Santana, profesor en el campo de la inteligencia artificial y el machine learning, además de creador del canal de YouTube Dot CSV, es considerado una de las voces más autorizadas en torno a estas innovaciones tecnológicas. Por eso, la preocupación se manifestó de lleno cuando aprovechó su participación en Next Lab Generation 2023 para explicar que “el problema no está en generar, sino en poder controlar”.
El divulgador aprovechó cada oportunidad para asegurar que uno de los mayores problemas de estos avances radica en lo rápido que han llegado, lo que ha complicado su comprensión y ha dejado numerosos vacíos legales a su alrededor, entre los que sobresalen el copyright y su amenaza a los derechos de los trabajadores. Para ello, exhibió la evolución de estos procesos centrándose en el terreno de la imagen, para luego explicar que en 2023 podría potenciarse la generación de música y de sonido, así como la clonación de voz. Esto, sin dejar de lado la inminente usurpación en el terreno del vídeo y el 3D.
“Veo como cada uno se va deprimiendo por sectores”, bromeó ante el abrumador silencio que imperaba en la sala. Ante esto, Carlos Santana no vaciló en concluir que “tenemos que entender que esto existe. Es como un tsunami. Va a llegar sea como sea a nuestro proceso creativo”.
Dos visiones distintas de una misma tecnología en un mismo lugar. Una situación comprensible ante un avance que, como tantos otros surgidos en la historia de la humanidad, viene acompañado de ilusiones ante las posibilidades que se abren, pero también de miedos ante sus consecuencias. Sucedió en cada una de las revoluciones industriales ocurridas hasta ahora, ¿por qué habría de ser distinto? La inteligencia artificial ya está aquí, ¿debe verse como amiga o enemiga? La historia se escribe ante nosotros y espacios como Next Lab Generation se tornan decisivos para encontrar la respuesta, pero sobre todo, para garantizar la comprensión de estas innovaciones, lo que podría ser decisivo para que sea el artista quien mantenga el control.