Alfredo Serey: el padre de la animación chilena
Alfredo Serey necesito una única cinta para hacer historia.
25 de julio de 2022Por Luis Miguel Cruz
La animación chilena, que tantas glorias ha dejado a lo largo de su historia, nunca habría sido posible sin la intervención de Alfredo Serey. Caricaturista de profesión, afrontó toda clase de esfuerzos para dar vida a su obra y con ello a la industria de todo un país.
Nació el 8 de octubre de 1886 en Santiago (Chile), pero su nombre empieza a sonar con fuerza gracias a los dibujos realizados para el periódico andino Las últimas noticias, en los que expone una mirada crítica a la política nacional. Pero consciente de que su mensaje requería más, fue hacia finales de 1920 y en paralelo con su trabajo cuando empieza a desarrollar el proyecto que le valió su paso a la historia.
Se trata de La transmisión del mando presidencial, también conocida como La transmisión del mando supremo, primera cinta de animación realizada en Chile. Para hacerla posible, Alfredo Serey realizó de manera individual cerca de 23.500 dibujos que mostraban el traspaso de la banda presidencial de Juan Luis Sanfuentes a Arturo Alessandri Palma en 1920, acompañados además de algunos de los políticos más conocidos de la época.
A pesar de lo que la sinopsis sugiere, La transmisión del mando presidencial no es un documental ni una noticia animada. Fiel a su tradición, Alfredo Serey se decantó por un trabajo satírico y crítico hacia las élites, como lo demuestran algunos cuadros icónicos que muestran las arcas vacías y cubiertas de telarañas.
El proyecto no habría sido posible sin la colaboración de Nicolás Martínez Esquerro, quien fue el encargado de fotografiar y ensamblar los cuadros para dar el histórico título final. Aunque hay quienes piensan que la suya fue una tarea meramente técnica, no por ello es menos digna de respeto y reconocimiento. Todo lo contrario, fue igual de titánica que la de Serey que resultó en poco más de 400 metros de cinta, razón por la cual fue justamente acreditado como codirector.
Los reportes de Las últimas noticias indican que estrenó junto a dos películas de Charles Chaplin. Igualmente indican que el presidente Alessandri se reunió con la dupla realizadora para felicitarla por su importante labor.
Fue una victoria en toda la extensión de la palabra, por las dimensiones de la hazaña y por la naturaleza política y satírica del proyecto. Aun así, Alfredo Serey siempre fue consciente de las limitaciones de su trabajo. El desconocimiento de los valores técnicos más primarios resultó en una animación tan primitiva que era casi estática. A esto sumemos que, lejos de emular la fórmula del cine silente con viñetas exclusivas para los diálogos, la producción se decantó por cuadros y burbujas al más puro estilo de las tiras periodísticas.
Fue precisamente por esto y por la pasión que le movía, que Alfredo Serey siempre deseó trabajar en un nuevo proyecto animado. El sueño no se concretó, ya que nunca regresaría al cine. Algo que para nada sugiere un fracaso, sino una amplísima gama de intereses.
En 1923, poco tiempo después del estreno de La transmisión del mando presidencial, Alfredo Serey se diploma de electro-técnico. Con el tiempo, esta profesión se adueñaría de su atención. Primero, al desempeñarse como jefe técnico en la fabricación de radios en la Maestranza del Ejército. Posteriormente funge como coautor de un estudio sobre la construcción de un ferrocarril metropolitano para la ciudad de Santiago.
Se interesó también por la política y la ciencia. Lo primero puede apreciarse en sus contribuciones a la fundación del Partido Social Republicano y lo segundo en sus numerosos textos sobre la medicina homeopática.
Finalmente, tampoco está de más resaltar que siempre conservó su interés por el campo editorial y las artes creativas. Aprovechó cada oportunidad para perfeccionar sus técnicas de dibujo, eventualmente incursionó en la publicidad y dirigió además la revista técnica El yunque.
Los detalles de su vida son escasos y desconocidos, al grado que ni siquiera se sabe la fecha exacta de su deceso. Se espera que esta situación pueda corregirse con el paso del tiempo, pues aunque su filmografía consiste en un único proyecto, cada vez son más los que reconocen el enorme impacto de Alfredo Serey en la industria chilena.