Hace apenas unos días que el equipo detrás de Carmen y la cuchara de palo celebraba un año de su estreno. “Tenemos que admitir que se nos ha pasado el tiempo volando”, puede leerse en su publicación. “Ha sido un año llenito de emociones, de viajes y de festivales por todo el mundo”. Sumen una más: el reconocimiento a Mejor cortometraje de animación en los Premios Fugaz.

El título dirigido por Carlos Gómez-Mira Sagrado parecía partir con una ligerísima ventaja al encabezar la lista de nominados animados con presencia en dos categorías. A pesar de ello, los pronósticos eran reservados ante la grandísima calidad de la terna. Al final, los miembros de la comisión se decantaron por su conmovedora historia, así como por su hermosa estética.

Carmen y la cuchara de palo se centra en la pequeña que da título al corto, una niña de siete años criada por su nonna italiana. El mayor regalo que esta última da a su nieta es una cuchara mágica, con la cual y gracias a un conjuro centenario, cada vez que saborea un nuevo plato es capaz de viajar a sus recuerdos y revivir las aventuras de la vida de su abuela; y sobre todo, aprender lecciones que le ayudarán en su propia vida.

Vaya obsequio cumpleañero el recibido por este título, que de este modo cumple su deseo compartido hace unos días de “sumar a nuestro palmarés muchos más festivales”. Más aún cuando se trata de un encuentro tan importante como los Premios Fugaz que aprovechan cada oportunidad que el corto es cine.