La animación argentina ha tenido un 2024 plagado de adversidades, lo que no le ha impedido continuar brillando en cada uno de los eventos de los que ha formado parte. El más reciente ejemplo de ello se ha dado en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata en el que los dos únicos títulos animados en la competencia argentina de cortos, Compost de Augusto y Matías Sinay y Todos los futuros de Bárbara Cerro, formaron parte del palmarés.

Ambas producciones obtuvieron sus respectivos reconocimientos dentro de los premios independientes del certamen. Todos los futuros de Bárbara Cerro se alzó con el Premio Fondo Nacional de las Artes a Mejor cortometraje de la Competencia Argentina luego de que el jurado concluyera que “la belleza hipnótica de la animación nos transporta en un viaje ilusorio donde todo es posible. Del cosmos infinito a las conexiones cerebrales, de un recóndito pasado probable a todos los futuros imaginados donde el hombre camina en compañía del perro. Bárbara Cerro nos regala un espectáculo deslumbrante donde la imaginación se mezcla en perfecta armonía con la música y el color, y la animación se convierte en arte en movimiento”.

El reconocimiento es especialmente gratificante para la cineasta al darse en el estreno nacional del cortometraje. También porque sucede casi un mes después del décimo aniversario de Bitbang, iniciativa cultural que precede y que en este mismo año obtuvo el estatus calificador al Oscar.

Por su parte, Compost de Augusto y Matías Sinay, se lleva una mención especial de la RECAM – Reunión Especializada de Autoridades Cinematográficas y Audiovisuales del MERCOSUR. El jurado atribuyó su decisión a “la preciosa técnica de animación inspirada en un estilo pictórico impresionista que calza a la perfección en una trama de enigma, que se va desenvolviendo con buena dosis de suspenso mientras la perturbadora -e insólita- historia, nos plantea el inabarcable debate sobre la muerte y el sentido de la vida”.

A estos galardones iberoamericanos se suman las alegrías provenientes de otras latitudes. Nos referimos a The Most Precious of Cargoes, debut animado de Michel Hazanavicius, que se llevó el Premio Astor Piazzolla Especial del Jurado. La deliberación describe la película como “una obra interesante que despliega una narrativa sensible como un lienzo de emociones, donde cada fotograma late con la intensidad de un corazón que se resiste al silencio, acompañado de una musicalización que susurra verdades ocultas”.

De este modo, la animación continúa levantando la mano en los festivales cinematográficos más importantes del mundo, dejando ver en cada ocasión sus infinitas posibilidades y afianzándose cada vez más como una expresión artística ante los ojos de las audiencias globales.