La historia de Walt Disney Animation Studios está plagada de grandes nombres, como es el caso del propio Walter Elias y sus míticos Nine Old Men. Sin embargo, un repaso por el pasado más reciente del estudio es suficiente para ver que el talento continúa manifestándose en numerosos creativos, siendo Byron Howard uno de los mejores ejemplos.

El animador inició su recorrido por la casa del ratón como inbetweener de Pocahontas (1995), para luego deambular por distintas áreas del estudio en películas como Mulan (1998), Lilo & Stitch (2002), Brother Bear (2003) y Chicken Little (2005). El salto definitivo llegó con Bolt (2008), su ópera prima y que le valió su primera nominación al Oscar en la categoría de Mejor película animada. Y a partir de ahí todo fue en ascenso.

Tangled (2010) incursionó a las princesas Disney en el terreno CGI, mientras que Zootopia (2016) le dio su primer Premio de la Academia con una urbe animal que sirve como escenario de una emocionante aventura, pero también de un importante mensaje de aceptación. Todo apunta a que esta historia de éxito continuará con Encanto (2021), que apoyada en el realismo mágico, nos introducirá con una joven colombiana aquejada por ser el único miembro de su familia sin habilidades especiales.

El recorrido de Byron Howard por Disney es tan fascinante que casi parece sencillo, pero para nada ha sido así. Así lo reveló el propio cineasta en su plática Encantamiento latino durante la décima edición de Pixelatl.

Descubrimiento animado

“Me encantaba dibujar, pero no sabía que se podía vivir de esto”, aseguró el director, quien confesó que su amor por la animación comenzó durante unas vacaciones a Florida en las que de manera incidental fue al cine para ver Who Framed Roger Rabbit? (1988). Esto le llevó a cuestionar sus estudios de cine en acción real con los que no se sentía del todo cómodo y comprar el libro The Illusion of Life escrito por los míticos Ollie Johnston y Frank Thomas. No menos importante fue que su pasión le motivó a escribir una serie de cartas a leyendas de la técnica como Chuck Jones o el propio Johnston, quienes lo motivaban a seguir adelante.

Pero el camino no fue sencillo. Su primer acercamiento real al estudio fue como guía del tour animado en los Disney MGM Studios, pero sus continuos esfuerzos eran insuficientes para garantizarle una plaza en el internship. ¡Sus portafolios fueron rechazados hasta en cinco ocasiones! Pero al final lo logró, lo que le llevó a debutar con Pocahontas.

Y entonces llegó el CGI, lo que describió como “sorprendente y aterrador al mismo tiempo”. Lo consideraba un gran avance para la animación, pero era consciente de que “no tenía las aptitudes [y] entré en crisis”. Esto le llevó a cambiar el departamento de animación por el de historia, lo que eventualmente le llevó a la producción de American Dog que terminaría estrenándose con el nombre de Bolt con él en la silla de director. El resto es historia en desarrollo.

Encanto animado

“Lin [Manuel Miranda] quería hacer el musical latinoamericano definitivo”, explica un emocionado Howard sobre Encanto. Una historia que contempló distintos territorios de América y que al final se decantó por Colombia por tratarse de un país con raíces indígenas, españolas y africanas, lo que resulta en un cruce de “cultura, música, comida y familias mezcladas”. Y como ingrediente adicional, el ser el punto de origen del realismo mágico que es determinante para sentar las bases de la película.

Y es que Encanto, a diferencia de muchas otras películas de Disney donde la magia es exclusiva de las hadas madrinas o los aprendices de brujo, nos lleva al seno de la familia Madrigal cuyos integrantes se caracterizan por sus increíbles habilidades. Bueno, todos menos Maribel, quien debe lidiar con la carga de ser la ‘normal’.

Si bien la película se vio duramente aquejada por la pandemia –“fue hecha casi completamente en casa”, asegura el director–, la producción sí que pudo viajar al país sudamericano antes de que el virus se disparara por el mundo. Esto resultó en una inspiración directa en territorios como Cartagena y Palenque, no sólo en su geografía e infraestructura, sino su comida y su música. “Fue increíble” confiesa Howard. “Podíamos haber pasado meses en Colombia sin haberlo visto todo”.

Esto, aunado al enorme legado de Walt Disney Animation Studios, ha convertido a Encanto en una de las cartas fuertes del cine animado en este 2021 y como tal, en un nuevo logro para la carrera de Byron Howard. Ni siquiera su increíble historia le hace perder la humildad, al terminar su plática recordando a todos aquellos que sueñan con entrar en la industria que “ningún camino en la animación es el mismo. Sean pacientes, sean apasionados. Necesitamos sus voces”.